Hacerse un tatuaje es algo que hay que
pensarse mucho y no dejarse llevar por modas y hacerlo a la ligera,
por la sencilla razón de que es para toda la vida. Hoy en día
existen técnicas que prometen eliminar los tattoos de aquellas
personas que se arrepienten de habérselos grabado en la piel, pero
la verdad es que generalmente quedan marcas, o la piel se muestra más
oscura al terminar el tratamiento, por lo que la única solución
generalmente es tatuar encima.
Cualquier tatuaje, por sencillo o
minimalista que sea, no deja de ser una herida en la piel, y como tal
debemos tratarlo. Hoy os cuento como fue mi primera experiencia con
un tatuaje y como, gracias a Aquaphor de Eucerin, mi piel se regeneró
rapidísimo y el color quedó intacto.