Retinol, manual de uso del rey de los principios activos antiage

El retinol (o Vitamina A) es un nutriente esencial del cuerpo humano, liposoluble (se disuelve en grasa y aceite, pero no en agua), cuya función principal es mantener la buena salud de huesos, células epiteliales, piel y mucosas, además de las la vitamina encargada del buen mantenimiento de la retina, y de ahí su nombre.

Combate el acné, retexturiza la piel, minimiza manchas, líneas de expresión y arrugas ¿Es el secreto definitivo de la eterna juventud?

El activo antiedad más famoso del mundo

El retinol sigue siendo uno de los más preciados y potentes ingredientes antiedad que, gracias a las nuevas texturas y formulaciones, es cada vez más eficaz y tolerable incluso en las pieles más sensibles (incluso en verano). Un aliado perfecto para cuidar la piel y retrasar los signos de envejecimiento.

Desde hace décadas el retinol se ha utilizado en cosmética, primero para combatir el acné pasando años después a considerarse un ingrediente antiedad global que, además de acelerar la renovación cutánea, contribuye a minimizar arrugas y manchas en la piel.

Pero, ¿cómo actúa el retinol para obrar estos efectos casi milagrosos que se le atribuyen? Al tener un bajo peso molecular tiene un poder de penetración mayor, llegando a capas de la piel más profundas estimulando la producción de colágeno y elástina, responsables de la juventud y elasticidad de la piel, dando como resultado una mayor firmeza y redensificación cutánea. Su poder inhibidor de la tirosinasa (enzima responsable de la producción de melanina) convierte al retinol en un gran aliado en la lucha contra las manchas suavizando las existentes y evitando la formación de nuevas hiperpigmentaciones.

Lucha contra el fotoenvejecimiento, favorece la renovación celular, minimiza poros y signos de la edad, hidrata, mejora la textura de la piel y reequilibra la producción de grasa... Pero no todo son ventajas, también hay que tomar una serie de precauciones para poder beneficiarse de todos estos efectos sin que la piel se resienta.

Precauciones a la hora de utilizar productos con retinol

El retinol es fotosensible por lo que es recomendable utilizarlo en el tratamiento de noche y protegerse con un SPF alto durante el día para evitar manchas. A la hora de aplicar el tratamiento es suficiente con una pequeña cantidad equivalente a un grano de arroz por zona facial, extender más cantidad de producto podría acarrear problemas de deshidratación, dermatitis, rojeces... Al afinar la barrera cutánea es necesario mantener una limpieza facial con productos suaves como una crema, leche limpiadora, aceite o agua micelar hidratante serán el complemento perfecto para evitar problemas en la piel.

Al comenzar un tratamiento con retinol hay que introducir el producto en la rutina facial de forma paulatina, al principio unas dos veces en semana y en concentraciones bajas y poco a poco ir aumentando los días de tratamiento y el tanto por ciento de principio activo (en España se comercializa desde un 0,025% hasta un máximo de 0,1%). Si apareciese algún signo de irritación o incomodidad lo ideal es espaciar los días de tratamiento para que la piel pueda habituarse, aunque hoy por hoy las formulaciones de los productos han avanzado muchísimo y cada vez son más tolerables y eficaces.

Un ingrediente que está más de moda que nunca, un activo antiedad global que puede llegar a ser, con constancia, eligiendo los productos adecuados y tomando las precauciones pertinentes, el elixir de juventud que puede retrasar el paso del tiempo o, por lo menos, ofrecer al presente nuestra mejor cara.

Fotos| Shutterstock

¿Soléis usar productos con retinol? 

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