Todo lo que debes saber sobre la protección solar

Durante todo el año hay que ser precavido con respecto al sol pero al llegar el verano es fundamental tener especial cuidado en proteger nuestra piel para evitar daños solares.

Las manchas, arrugas, fotoenvejecimiento, deshidratación, quemaduras... son consecuencias nada deseables que se derivan de una exposición solar excesiva o sin una adecuada protección cutánea. Para evitar estos desagradables efectos dañinos es necesario proteger la piel correctamente, pero ¿qué protector solar elijo?

Tipos de protectores solares

Existen 2 tipos de filtros, los llamados físicos o pantallas totales y los filtros químicos.

Los filtros físicos no penetran en la piel, actúan como una barrera protectora haciendo de escudo frente a las radiaciones. Son pantallas minerales aptas para pieles sensibles que hay que reaplicar con más frecuencia que los productos con filtros químicos y es necesario poner una capa generosa en la piel para conseguir una óptima protección. Protege instántaneamente del sol al aplicar el producto, sin tiempo de espera para que sea efectivo.

Los filtros químicos son los conocidísimos SPF (sun protecting factor) o factor de protección solar. Su misión es absorber la radiación solar minimizando el impacto en la piel. Se deben aplicar media hora antes de la exposición solar para que sean efectivos y reaplicarlos cada 2 horas.

Muchos productos del mercado combinan estos dos tipos de filtros para lograr una blindaje completo frente al sol.

Hay que tener en cuenta nuestro fototipo (y el tipo de exposición al que vamos a someter a la piel) a la hora de protegernos del sol. Existen 6 fototipos que van desde las pieles más oscuras (fototipo 6), que raramente se queman pero necesitan proteger su piel de los daños solares, a las pieles más claras (fototipo 1) muy blancas que se queman e irritan con facilidad y que necesitan un spf elevado.

Sabías que...

El número que aparece junto al spf de tu protector solar es realmente un factor tiempo, lo que indica es cuánto tiempo aumenta el producto la capacidad natural de protección de la piel antes de quemarse. Si la piel comienza a quemarse de forma natural a los 10 minutos de exposición solar, aplicar un SPF 50 lo que hace es aumentar en 500 minutos esa protección.

Un protector perfecto para cada tipo de piel

Las pieles sensibles son reactivas, se queman y se irritan con mucha facilidad. Lo ideal para este tipo de pieles es optar por un filtro físico para evitar intolerancias y reacciones adversas al producto al no penetrar en la piel. Si utilizan un filtro químico o una combinación de ambos siempre debería ser de spf elevado.

Las pieles mixtas/grasas pueden optar por texturas en gel o fluidos matificantes de rápida absorción que mantenga los brillos controlados y evite la aparición de granitos por un exceso de grasa en la piel.

Las pieles secas (o maduras) necesitan mantener un nivel óptimo de hidratación por lo que texturas untuosas en crema o aceite, independientemente del tipo de filtro que elijan, serían las más adecuadas para ellas.

Recuerda...

Renovar cada año tus productos solares ya que una vez abiertos van perdiendo efectividad.

Una piel bronceada no es incompatible con una piel protegida, ya que las cremas solares de alto factor de protección no impiden que nos pongamos morenos, lo que hacen es evitar daños cutáneos irreversibles. ¡Elige tu protector solar ideal y disfruta del verano!

¿Qué tipo de protección solar soléis utilizar? 

¿Os acordáis de reaplicarlo cada 2 horas aunque estéis en la ciudad?