Qué evocador es el simple hecho de leer su nombre, una mezcla de romanticismo, elegancia, aires mediterráneos y brisa con olor a albahaca, olivos y uvas. Una zona de belleza incomparable, cercana, como sacada de un libro que cuida hasta el último detalle en sus descripciones, ay la Toscana... se escapan suspiros sólo con pronunciarlo, y es que su historia, su arte, arquitectura, sus campos sin final mecidos por el aire cálido de la zona... el marco es de una hermosura embriagadora, si además nos alojamos en una villa típica toscana la experiencia se convierte en un verdadero ensueño.