La firma internacional japonesa Shiseido cumple 140 años

Cartel de Shiseido  (1927)

Hace 140 años, durante el periodo Meiji en Japón, Arinobu (Yushin) Fukuhara, jefe de Farmacia de la Armada Imperial Japonesa, fundaba una pequeña farmacia en el distrito de Ginza en Tokyo. 

Corría el año 1872 y en aquella época la medicina tradicional era lo más habitual entre la población japonesa, la calidad de los productos farmacéuticos que se distribuían en el país dejaba bastante que desear y Arinobu Fukuhara era consciente de ello. Este pequeño establecimiento trajo un soplo de aire occidental que sería el germen de lo que ha sido siempre una máxima de la marca: aunar oriente y occidente.

Orientada a la investigación y el desarrollo como valores fundamentales de marca, esta pequeña farmacia  fue creciendo paso a paso hasta dar lugar al imperio cosmético japonés más internacional. Shiseido, o "la casa que contribuye a mejorar la calidad de vida", acababa de nacer.

El origen humilde de un gran imperio cosmético

En el año 1902, Shiseido inaugura una insólita máquina dispensadora de soda en su establecimiento, con este sorprendente surtidor, esta pequeña farmacia de Tokyo introducía en Japón los primeros refrescos de soda y poco después comenzaron a comercializar helados, algo totalmente insólito en el país nipón. La popularidad de Shiseido fue en aumento y cada vez más clientela acudía a este rincón de Ginza que comenzaba a comercializar productos desconocidos hasta entonces como los primeros polvos de arroz de  tonos naturales o la primera pasta de dientes japonesa, no hay que olvidar que en la época Meiji es cuando empezaba a desaparecer la técnica de dientes negros ohaguro, podéis ampliar la información en este otro post en el que os hablaba de esta sorprendente moda (click aquí).

Su primer producto de cuidado de la piel se llamo Eudermine, una loción facial que todavía en nuestros días se sigue comercializando en Japón manteniendo su fórmula intacta.

En 1927, Shinzo Fukuhara, tercer hijo del fundador, es nombrado Presidente de la compañía y será él el que dote de identidad corporativa a la marca, la esencia de Shiseido toma una forma y estilo inconfundibles, reconocido en todo el mundo desde entonces hasta nuestros días. El color rojo, la S tan característica de la firma o sus reconocibles camelias, fueron obra de este licenciado en medicina por la Universidad de Columbia, un gran conocedor del mercado cosmético americano y amante del arte en general, siendo la fotografía una de sus pasiones.

Es tal el furor de las clientas japonesas por los productos de la marca que en 1937 se crea "El Club de la Camelia", un grupo de fidelización de la firma nipona que permite a las clientas intercambiar opiniones,  solucionar dudas, conocer de primera mano las novedades de la marca e incluso probar diferentes productos Shiseido. Un club que sigue vigente hoy en día y que cuenta con más de ocho millones de integrantes.

En 1957 Shiseido se internacionaliza, y empieza a comercializarse en diferentes países de todo el mundo utilizando en la década de los 60 carteles comerciales con modelos japonesas que elevan la autoestima de la mujer oriental. En 1980 es el creador francés Serge Lutens quien se encarga de modernizar la imagen de Shiseido otorgando a la firma un estilo inconfundible, elegante y rompedor.

Actualmente Shiseido es una de las firmas japonesas más reconocidas y prestigiosas del mundo y que, aunque su faceta más conocida sea la relacionada con el sector de la cosmética, está presente en ámbitos como el arte y la restauración con mucho éxito. El grupo Shiseido además comercializa marcas como: Carita, Nars, Decléor, Serge Lutens, perfumes Issey Miyake, Jean Paul Gaultier... 

El respeto a las tradiciones y la búsqueda del bienestar del cuerpo y la mente constituyen un equilibrio que Shiseido, después de 140 años, mantiene intacto. Un universo de belleza que se ha basado siempre en una premisa, el cuidado de la calidad de piel.