El placer del baño en Japón, los onsen tradicionales

Los onsen son baños termales, pueden ser baños públicos o privados y estar al aire libre (se llamarían entonces rotenburo) o ser instalaciones interiores.

Estos baños tradicionales son habituales en todo Japón, siendo muy famosos los de las ciudades de Hakone y Beppu. Sus beneficios a nivel físico y mental son notables y reconocidos por los asiduos a estos balnearios.

Hay pocos onsen mixtos, por regla general están separados por sexos ya que estos baños se toman con el cuerpo completamente desnudo. 

Tuve la oportunidad de probar de comprobar por qué los onsen son tan famosos en Japón en un ryokan (alojamiento tradicional japonés) en la ciudad de Kyoto. Este hotel contaba con un onsen privado que tenía una zona femenina y otra exclusivamente para hombres.

Al entrar había una zona donde podías depositar tu ropa en cestas de mimbre, cada una de ellas contaba con un yukata (es un kimono informal, más ligero y hecho de algodón) para cubrir tu cuerpo a la salida de los baños. También tenía una zona de lavabo con tocador y distintos productos (desmaquillador de cara y ojos, algodones, sprays corporales hidratantes...).

Detalle del onsen privado del ryokan donde nos alojamos

Tras despojarse de toda la ropa se accede a la zona de baño a través de unas puertas correderas, la zona está dividida en 2 partes, una de duchas con taburetes de plástico y productos de baño (gel, champú acondicionador y jabón de cara), me sorprendió que todo fuera de la marca Shiseido, posteriormente me di cuenta de que en Japón es mucho más económico comprar productos de esta firma que en los países europeos.

Se me hizo muy extraño ducharme sentada en un taburete, aunque lo había visto en películas o en series como Shin chan y sabía que era lo normal, aún así enjabonarme sentada no se me hizo precisamente cómodo. 

Zona de baño (Ofuro)

Una vez limpio el cuerpo y el cabello, hay que introducirse en la piscina de agua caliente, puedes poner una toallita caliente doblada en la cabeza para mantener el calor, allí es normal ver a los bañistas hacerlo. El agua está muy muy caliente, mucho más de lo que he experimentado en cualquier spa o hamman.

Uno de los días que utilicé el onsen encontré a varias jóvenes japonesas que no dudaron en hacerme partícipe de sus conversaciones en un inglés algo rudimentario (allí es difícil encontrar angloparlantes, incluso en la ciudad de Tokyo). En Japón es de lo más normal tomar estos baños al atardecer, relajan el cuerpo y la mente, teniendo en el sueño un efecto beneficioso ya que se consigue un descanso de calidad además de una piel mucho más luminosa y radiante.

Los baños son verdaderos tratamientos de lujo, una experiencia sensorial y de bienestar físico que si viajáis a Japón no debéis dejarla pasar. Existen diferentes clases y precios, hay baños públicos muy económicos y los alojamientos que cuentan con un onsen suelen incluir su uso en el precio de la habitación.

Una tradición, un tanto diferente a lo que estamos acostumbrados, pero que está muy extendida en el país de sol naciente, preparando el cuerpo para el necesario descanso tras un largo día además de actuar como bálsamo contra el estrés y eliminar de la piel impurezas haciendo que luzca mucho más limpia y saludable.

Os he dejado fotos que hice del onsen que tenía uno de los hoteles donde nos alojamos en nuestro viaje a Japón pero he encontrado unas fotos antiguas que me parecen una preciosidad y que ilustran mucho mejor el ritual del baño japonés.

Un viaje de luna de miel inolvidable y que se enriqueció con la experiencia única que nos ofrecieron estos baños tradicionales nipones.